Tiende a ser más fácil que detectes cuando una relación es tóxica. En general, un ambiente problemático crea incomodidades que se ven a leguas. Algunas mujeres llegan a concluir que como no hay gritos ni peleas con su pareja, entonces todo está bien.
¿Por qué? Quizás saliste de una relación con dificultades y te encuentras con alguien que te da tranquilidad. Ahora valoras tu situación actual en comparando lo que tenías antes y tu propio criterio de lo que ‘saludable’ significa ¿Cómo te aseguras de que disfrutas de un nexo fuerte? Hoy vas a descubrir qué distingue lo sano de lo patológico.
¿Cómo saber si tu relación es sana?
Una relación de pareja saludable es donde no se encuentra maltrato físico ni emocional. Ambas partes se esfuerzan por no tener actitudes abusivas o irrespetuosas. Por supuesto, hay días en los que no estarás del mejor humor y quizás digas una torpeza. Es de lo más común que hallan altibajos, lo que hace la diferencia es como los enfrentan.
Eres consciente de lo que quieres y, en cierto sentido, cuando se cumple crees que es una relación sana. Sin embargo, consolidar un vínculo fuerte y satisfactorio va mucho más allá. Radica en realidad en que logren resolver sus diferencias de manera correcta, aunque haya dificultades externas.
Características de una relación sana
Es importante no idealizar el concepto de un lazo amoroso saludable sin problemas. Toda relación pasa por cambios, quizás no tengan la misma pasión intensa del principio. La profundidad de la afinidad va a ir aumentando con el tiempo, aunque haya romanticismo.
Lo que identifica un nexo saludable es que se atienden los desacuerdos que puedan existir, sea del tipo que sea. La atención y el interés los impulsa a ambos a atacar cualquier cosa que les impida mostrarse cariño. Para lograrlo deben existir los siguientes factores:
Buena comunicación
Aprender a escuchar y a ponerse en el lugar del otro facilita la comunicación abierta y franca. Es positivo que ambos busquen los acuerdos y sean flexibles, aunque no siempre comprendas su punto de vista.
Sinceridad
Hablar y expresar lo que piensas sin ofender ayuda a dejar las cosas claras. No supongas que la otra persona sabe a totalidad lo que te sucede. Recuerda pensar cómo y cuándo vas a tocarle el tema.
Confianza
Intenta que la otra persona esté segura de que tiene tu apoyo. Es vital que evites los celos injustificados, es imposible tener una relación sana sin confianza.
Concéntrate en el presente
Si ya han atravesado problemas y han salido de ellos, no saques a relucir lo que sucedió en el pasado. Para tener un vínculo saludable y feliz lo mejor es vivir en el hoy y disfrutarlo.
Sé realista
Debes recordar que para conseguir una buena vida amorosa no hace falta a una pareja a la medida. Ya que conoces bien quién es él, eso incluye sus virtudes y debilidades, pueden aprender uno del otro sin exigirse demasiado.
¿Qué hacer si estás atrapada en una relación con problemas?
¿Ya no te trae flores y se le olvidan las fechas especiales? ¿Minimiza tus sentimientos o no te da su apoyo cuando lo necesitas? ¿Te hace sentir menos y siempre debes rogar su atención? Hay distintas señales de que ya algo sucede, aunque algunas son más alarmantes que otras.
El hecho de que existan problemas no indica que todo se perdió. Lograrán superarlo si los dos están dispuestos a mejorar su vida en común. El amor que se tiene el uno al otro suele ser la motivación para conseguir resolver los problemas.
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